martes, 11 de septiembre de 2007

Con la sonrisa en la espalda...


Nota del autor: “Cuando mi madre se amigó con Thanatos, yo estaba comiendo, y en su atrición no me llamó. Recuerdo que lo último que recibió de mí, fueron algunas palabras como estas-sin el agregado de la prosa poética, claro- y que mi hija mayor la acariciaba, acomodándole los pocos cabellos que te deja la quimioterapia. Muchos lo habrán pasado o lo pasarán. ¿Por qué desviven nuestros muertos cuando no estamos a su lado? Ellos saben elegir la hora-mejor dicho-, el desangelado tendrá sus motivos. Caronte, nos cobra su moneda impiadosa: yo estaba comiendo y mirando televisión, la puta televisión, la reputa televisión…”

"¿Dices que tiendo a distanciarme con la mirada?
¿Acaso estás aquí?
Tengo que expulsar el presente para poder mirarte.
¿Recuerdas ayer, antes de ayer, hace mucho?
Éramos más que una pareja, yo ponía la espalda y tú la sonrisa.
Mi espalda se encorvó y de tu sonrisa no queda más que un triste mohín. Ambos quedamos aprisionados.
¿Dices que el tiempo es cuestión de ausencias?
Todo en él está urdido.
El tiempo te vacía la memoria como descarna las entrañas.
Las paredes nos reconocieron, de seguro aquellos árboles, pero nadie más.
El vecino de enfrente ya no está, tampoco el baldío ni la muchacha del quiosco. La fogata de San Juan se ha quemado y los amigos con su ritual.
Todo se fue pudriendo, como la irrespetuosa animosidad de la infancia.
¿Dices que es mejor hacer silencio?
Lo que posees ya no te pertenece y me queda la duda si hay algo tuyo de aquello que no posees.
Sí, quieres que me calle.
¿Acaso el astuto silencio nos devolverá la vida?
Ahora descansa.
¿Has tomada la medicina?
Yo saldré por esa puerta, iré a la cocina, comeré de unas sobras, tomaré bastante vino, miraré televisión, fumaré unos cuantos cigarrillos.
La puerta quedará abierta.
Esta noche no creo que venga. Tendremos que esperar.
Siempre juntos, ¿Recuerdas?
Yo pongo la espalda y tú la sonrisa. Ahora cierra los ojos.
Si ella viene, pasará ante mí y le pediré más tiempo.
Si me quedo dormido, grita.
A la muerte hay que pelearle, no te vayas a olvidar..."

Norberto Aige Marinelli
(Derechos Reservados)


1 comentario:

Marcia dijo...

Las cosas que dices me llegan de una forma inconmensurable.
Son tus manos, tus infinitas y eternas manos...
No dejes los versos por favor
Besos para tus manos
Marcia